El peligro de la desinformación

Por @Tatiana_Lanz

Corre la época en la que nos informamos a través de las redes sociales y del internet en general, lo cual nos está enfrentando a dos graves peligros: la cuestionable calidad de la información (en cuanto a su procedencia y veracidad) y la percepción de lo que leemos. Generalmente, no comprendemos, y es que, para mucha gente, leer y comprender la lectura son dos cosas aisladas, y esto es grave. 

¿Cuántas veces nos ha pasado que leemos la opinión de alguien sobre algún tema y es alarmante observar como la gente se atreve a comentar con argumentos que se alejan del tema expuesto?, sobre todo de temas tan delicados como la política, la religión, la discriminación y muchos más. Y esto ocurre por la ausencia de comprensión de la lectura. 

En México ya existe una grave polarización en la sociedad que se refleja constantemente en las redes sociales y que alimentamos continuamente: compartimos información sin corroborar la fuente y entendemos lo que queremos, todo acompañado de continuos enfrentamientos virtuales con un sinfín de personajes que utilizan las plataformas para denostar, atacar y seguir esparciendo la ignorancia.

Una de las alarmantes consecuencias de esto último es que mucha gente ya siente apatía, e incluso temor, de expresar sus ideas y opiniones para externar lo que piensan.

Resulta urgente cambiar esta dinámica: dejar de aportar lo negativo, lo dudoso y lo falso; filtrar nuestras fuentes de información; comenzar a construir una aportación crítica (recordemos que la crítica es un conjunto de opiniones que pueden ser positivas o negativas) y objetiva (nuestra opinión debe de responder a los hechos y a la lógica, no a las emociones ni a cualquier otro factor ajeno).

Es necesario hacer un esfuerzo por realmente comprender lo que leemos y solo después de hacerlo, atrevernos, y digo atrevernos porque implica una gran responsabilidad, a expresar nuestras ideas de forma ordenada, sustentada y, sobre todo, de forma objetiva. 

Durante décadas nos quejamos de que la información que consumíamos provenía solo de fuentes oficiales del gobierno. Hoy ya no es así, disponemos de mucha más información y gozamos de pleno y libre acceso a ella, para conocerla y para comentarla.

¿Por qué no aprovechar esto de forma responsable y crecer? Aportar información veraz, comprender la lectura, opinar objetivamente y dejar de lado las opiniones erráticas y los ataques nos llevará al adecuado entendimiento social que México tanto necesita.

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