Primero los FORBES

La narrativa oficial tras la pandemia ha sido marcadamente triunfalista respecto a la reducción de la pobreza en México; según datos oficiales, la pobreza general disminuyó de 43.2% en 2016 a 36.3% en 2022, pero la pobreza extrema aumentó de 7.2% a 7.1%, lo que implica más personas en números absolutos.

La carencia de acceso a servicio básicos como la salud y educación genera cuestionamientos sobre la verdadera efectividad de las estrategias gubernamentales y no hay que ser experto para ver un futuro incierto tirando a negro.

Algunos organismos, como el INEGI, muestran tendencias contradictorias. Aunque la proporción de hogares de clase media aumentó de 2010 a 2018, para 2020 volvió a niveles previos, sugiriendo una fragilidad en los avances económicos. Además, persiste una falta de medición clara del impacto real de los programas sociales, lo que complica evaluar su contribución a la disminución de la pobreza.

A pesar del incremento del 110% en el salario mínimo durante el último sexenio, no ha mejorado significativamente el poder adquisitivo de las familias.

Según datos del Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, la cantidad de personas ocupadas en situación de pobreza extrema aumentó de 39.5 a 43.5 millones entre 2018 y 2024. Esto indica que, aunque hay un incremento nominal en los salarios, la inflación y otros factores económicos han afectado negativamente el bienestar real de la población.

Para que haya más ricos tiene que haber más pobres, eso hasta Troski lo sabe.

En paralelo, las fortunas de los mexicanos más ricos han crecido significativamente en los últimos años. Por ejemplo, Carlos Slim vio un incremento de 35,000 millones de dólares en su patrimonio entre 2018 y 2024, mientras que Germán Larrea y Ricardo Salinas Pliego aumentaron sus riquezas en 17,550 y 5,420 millones de dólares, respectivamente. Este fenómeno resalta la concentración de la riqueza en un país con altos niveles de desigualdad.

El contraste entre el crecimiento de las grandes fortunas y la realidad económica de amplios sectores de la población pone en evidencia la persistente inequidad en México.

Amigo lector, si piensa que no ha perdido privilegios, una de dos: está usted en el grupo de los 5 más ricos de México, o se engaña feo.

Pase usted un feliz año… hasta que la conciencia (o el presupuesto) le alcance.

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