Hay tantas frases que se han puesto tan de moda, como: «tu puedes, te lo mereces», «soy lo que soñé ser…» Toda esta literatura alquímica acerca de las emociones y el éxito, es un proceso de vida más complejo que escribirlo o pronunciarlo, aunque escribirlo ayuda mucho porque dejas evidencia de la crisis.
Crisis: cambio de actitud. Me encanta esa palabra, normalmente considera negativa, pero en el fondo, termina por ayudarle a la persona a salir del confort en el que se encuentra.
Tengo días pensando en esto, en los cambios, en la vida misma (mi vida misma), en qué se requiere para estar bien con uno mismo en un mundo de híper competitividad emocional. ¿Qué requiero para ir con la corriente pero en mi pequeño bote salvavidas?
Veo tanto contenido que explota la emoción, como una dosis de dopamina, un pantallismo, porque lo vemos desde la pantalla de nuestro teléfono móvil.
Y en el devaneo existencial de un Yo Imaginario y con la quema de las horas y los días, seguimos sin movernos un centímetro de donde estamos atascados.
Analizando y enfrentando mis propios retos, miedos y esperanzas (me faltarían los famas cortazarianos), tracé una pequeña ruta crítica (inmensa en realidad), para poder crear un cambio real y efectivo.

Por eso luego andamos por la vida todos parchados de buenas y malas conductas, de cosas que hacemos bien y otras mal.
Entonces, descubrí una gráfica que me pareció clara y sensata. Se titula “Cómo se crea el cambio” (How change is created) y consta de ocho elementos, que son: Idea, pensamiento, sentimiento, plan, hábito, compromiso, estilo de vida y cambio.
Recuerda que cualquier cosa registrada en el mundo ha comenzado con una #Idea. La idea es la primera señal de que las cosas en nuestra vida pueden ser mejores.
Es absurdo, cómo lo piensas. Bueno, pues por más absurdo, hay personas que no alcanzan a crear una idea, a tener una visión de sí mismos más contundente.
Cuando esa idea es recurrente, entonces la consideramos un #pensamiento. Comenzamos a apropiarnos de ello, reflexionamos y lo convertimos en parte de nuestro diálogo, entonces empieza a tener #sentido.
Cuando esto tiene sentido, despierta un sentimiento que nos hace actuar de forma diferente. Ya no somos ajenos a eso que inicialmente fue una idea, ahora empieza a ser parte de nuestra cotidianidad y si mantenemos de forma recurrente ese nuevo pensamiento que ya nos permite sentir, estaremos avanzando al cambio tan anhelado.
Entonces entramos en la etapa en que esta sensación más constante nos lleva a las acciones, es decir, a crear un #plan. Aquí ya estamos estructurando una posible estrategia que nos ayudará en el camino que deberemos de recorrer.
Si ese plan lo definimos con claridad, es decir, somos constantes y lo ejecutamos según lo acordado, esta actividad nos creará un #hábito y ese nuevo hábito en nuestra vida nos abre la puerta del #compromiso.
Una vez comprometidos, la visión de la vida (nuestra) debe ser diferente hasta el segundo antes de haber tenido aquella idea. Ya estamos hablando de decisiones que se transforman en algo nuevo que llamaremos #EstiloDeVida. Cuando llegamos a esto, hemos cruzado el páramo de la procrastinación, del mañana inicio… Al final las ideas que se sostienen cambian el mundo.
¿Qué debemos hacer para salir de donde estamos? Una vez que tengamos la idea, no la sueltes, persíguela hasta convertirla en en ese pensamiento que al verlo en el espejo nos hace sentir que tenemos un gran plan. Ese plan cambiará nuestra vida, nuestro compromiso con lo que nos es importante, esos hábitos que impactan en nuestro estilo de vida nos demostrarán que hemos cambiado.
Corolarios:
- —Ojo; si al final no cambias, entonces entendiste porque nunca lo harás.
- —Este manual no garantiza resultados si decides ignorarlo.