¿Por qué el amor debería de tener una fecha en el calendario? ¿Por qué se necesita que alguien nos diga que hoy toca demostrarlo? Para mí, el amor siempre ha sido sinónimo de servicio, la forma más pura de entrega y conexión con los demás.
Hoy es un día especial para muchos. Las parejas deciden abarrotar los restaurantes, comprar flores, dar detalles. La idea es fabulosa siempre y cuando nadie tuviera que decirnos que hoy hay que hacerlo. ¿Por qué no hacerlo cualquier día del año? Tenemos 365 oportunidades para sorprender con detalles a nuestros seres queridos.
Para mí el amor se convirtió en sinónimo de servicio. Desde niño en mi familia me inculcaron que el servir es la mejor forma de amor e interés por el prójimo. En todos estos años, lo he podido constatar. El amor es la gran semilla con que cualquier obra, ya sea pequeña, mediana o grande, hará que trascienda. Debemos de entender que el amor no es solamente un sentimiento, es un principio, un valor mayúsculo que nos permite crecer para poder dar más.
Cuando hablamos del amor desde la perspectiva del servicio, no se trata de entender qué sentimos, sino qué hacemos con ese sentir. Para mí ese sentir se transforma en acciones que tienen por nombre “Vivir Para Servir”.
Me decía mi abuelo Julian Treviño Elizondo (QEPD) que la verdadera vocación por servir nace del amor. Y esa vocación nos permite conocer nuestra mejor versión como persona. Servir con amor es el mejor acto de humildad que podemos dar. Si nos comparáramos por lo que ofrecemos y no por lo que acumulamos estoy totalmente seguro que seríamos un mundo totalmente diferente: la vocación por servir aleja el egoísmo.
Dicen que “quien vive con amor y sirve con entrega” deja un legado que nunca se borra. Para mí se trata de impactar en la vida de las personas con acciones positivas, porque al final siempre nos recordarán por lo que dimos, no por lo que tuvimos; eso, puede que nadie lo sepa, y la vida se trata de compartir y crear momentos genuinos y especiales con la mayor cantidad de personas que podamos.
Servir es amar, es el mejor camino, la única forma de trascender.
