Seguramente recuerdas aquellos tiempos donde experimentamos con diferentes artefactos para descubrir el mundo, así como lo fue con la lupa. Era la sorpresa por descubrir el aumento de tamaño de los objetos apreciando detalles que a simple vista no podían observarse y en otros casos se apreciaba la distorsión de la materia según la distancia y enfoque.
También aprendimos el poder que tiene la lupa cuando se coloca de forma estratégica donde por un lado entra la luz solar y por el otro proyecta un rayo de luz que, al tocar la materia, segundos después se presencia fuego como efecto de transferencia de energía en la mayoría de los casos. Una enseñanza que nos sirvió tanto para hacer travesuras como para sobrevivir en caso de ser necesario.
A lo largo de los años aprendí que para crear la realidad deseada debía poner en práctica el efecto lupa. ¿Cómo? te estarás preguntando… Escuché que donde se pone la atención, se pone la energía, así como el efecto lupa. Para efectos prácticos, nuestros pensamientos serían la luz que atraviesan el cristal y las emociones como el catalizador para transferir energía expresado en alta temperatura que impacta y transforma la materia.
Paciencia y sin perder la atención son los ingredientes principales para lograr observar el humo que emite la materia como símbolo de respuesta de una mente enfocada y una emoción elevada y sostenida. El resultado obtenido de este proceso es lo que conocemos manifestación, una forma de energía que colapsa en materia que representa transformación.
Mientras se manifiesta, se debe experimentar la experiencia esperada como si esta ya hubiese ocurrido, lo que representa total confianza y certeza. Esto te hará convertirte en tiempo presente aquel que serías cuando la experiencia deseada ya hubiese ocurrido.
Es el poder que todos tenemos, un regalo dado que tiene la capacidad de crear cualquier cosa en una experiencia física… ¿magia? tal vez, o milagro para los religiosos.
Para mí es sólo un regalo nato, intrínseco a nuestra esencia, como seres creadores que desconocen de límites.
Recuerda que la vida que tenemos en el exterior es simplemente el reflejo de nuestra vida interna que son representados por pensamientos y emociones.