Efecto Mandela

528

Día de asueto. Pueblo Serena se va llenando de comensales. Jesús Franco y yo estamos sentados en el exterior de un restaurante de crepas. Tomamos café, conversamos las inquietudes de la semana como si fuera una lista de supermercado. 

Nuestro convite es siempre placentero. Exploramos el mundo acompañados de un par de tazas de café y a veces con tequila o mezcal.

-¿Qué no iba a hacer frío? -le comento de pronto.

El día está soleado, pero fresco, un día de otoño como lo son en la ciudad de Monterrey. 

No lo sé. Ayer llegamos a 30 grados -me responde.

Le pregunté qué estaba leyendo actualmente. Me dijo que nada de ficción, sólo libros técnicos para su próxima presentación de tesis en su nueva maestría.

Seguimos charlando y comentó que había encontrado a una persona que hablaba en alguna red social acerca de las traducciones de libros, de cuáles son valiosas y porqué. Ese comentario me llevó a contarle algo que me había pasado hace un par de años.

-Sabes que en la última versión que tengo del libro tal, no viene la información que leí en la primera versión que tuve de ese libro y que me llevó con los años a comenzar a escribir mi novela «El Hombre que Leyó a Louis Lucas». Estuve rastreando el ejemplar original y no lo encuentro. Sé que debe estar en la casa de mi madre donde dejé algunos cientos de libros antes de una de mis mudanzas

Años después estando en la ciudad de México, conseguí el mismo ejemplar, misma editorial. Lo leí con voracidad buscando en las notas al pie, aquel comentario que me llevó a una aventura en la que llevo más de diez años investigando y escribiendo. 

El respondió luego de escuchar mi alegato: –es el Efecto Mandela

Cuéntame, qué es -respondí.

Animoso cuando de plantear ideas y crear sólidas y contundentes charlas, tomó su teléfono y me mostró un sitio web donde mostraban ejemplos de diferentes situaciones del efecto Mandela. 

No puede ser -concluí.

Nos cambiaron el servidor de la matrix -dijo Chuy. 

Ya en casa, busqué la definición: «Se conoce popularmente como el efecto Mandela a un fenómeno social que instala en la memoria colectiva recuerdos o certezas de cosas que nunca sucedieron, pero que al ser validadas tanto individual como colectivamente, se toman por ciertas, pudiendo así llegar a contradecir la realidad evidente». (https://concepto.de/)

La emoción que sentí cuando ejercitábamos con algunos ejemplos nos impregnaba de una singular actitud ante el mundo sensible que teníamos frente a nosotros: coches avanzando, gente caminando, hombres limpiando una loza, una ave tomando agua, niños corriendo, el sorbo al café. 

El efecto Mandela nos ponía en una situación diferente, en cuestión de segundos luché por comprender en dónde estaba. Escribo esto para dejar evidencia que nuestra reunión si se llevó acabo un 18 de noviembre del 2024. Ahora eres testigo conmigo estimado lector.

Por otro lado, seguiré investigando y rastreando el libro original donde leí por primera vez acerca del científico francés Louis Lucas. Esa búsqueda me ha llevado a viajar a más de cinco países buscando rastros de su existencia.

Como escritor siempre estoy en busca de vivir grandes historias para luego pasarlas por la criba de la memoria y si valen la pena, escribirlas. Mi historia con Louis Lucas es algo único. Como no encontré nada acerca de él, decidí crear su vida y su mundo. Tal vez en la próxima ola de Efectos Mandela, el que desaparezca sea yo y Louis Lucas comience a buscarme. 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!