Las organizaciones promotoras del reconocimiento continuarán visibilizando conductas ejemplares.
Sobre lo material, prevalece el legado de la vocación de quienes entregaron gran parte de su vida atendiendo urgencias médicas.
Monterrey, Nuevo León.- “Podrán desaparecer las más grandes obras materiales del hombre, pero jamás el espíritu de aquellos que las hicieron posibles”, expresó ayer Francisco Gutiérrez, representante del Consejo Regional de Industriales del Juego (CRIJU), en el homenaje que esta organización y SELIDER rindieron a personal que laboró en la Cruz Verde de Monterrey.
Aunque hoy las puertas de esa institución están cerradas, dijo Gutiérrez, el grupo homenajeado mantiene la fortaleza de su espíritu y, con su ejemplo, contribuye a la formación de las nuevas generaciones que retomarán para Monterrey y Nuevo León el liderazgo en un servicio indispensable y de profundo sentido humano.
En el homenaje realizado en céntrico hotel de la capital del estado, fueron reconocidos Jorge Luis González Lozano, José Manuel Reyna Pérez, Héctor Leal Garza, Guadalupe Palomares López y José Ramiro Zenteno Saldaña, quienes fueron parte de la época de oro de la Cruz Verde de Monterrey, institución que en los años 90 inició el breve, pero ejemplar camino, que la llevó a ser referente nacional en la atención de urgencias médicas.
“Gracias por demostrar que podrá desaparecer lo tangible”, enfatizó el representante del CRIJU, “pero nunca el intangible del carácter y de la vocación de los seres humanos, cuando este se pone al servicio de sus semejantes”.
Las personas reconocidas, añadió, contribuyeron a dar vida al histórico momento que vivió la Cruz Verde, pero además están ahora dispuestas para poner las experiencias que tuvieron en un proyecto nacional de vanguardia, a la disposición de los líderes del futuro.
“SELIDER y el CRIJU reconocen esa labor en torno a la cual comparten los valores de servicio, trabajo y capacitación continua que demanda la sociedad, bases del quehacer de las siguientes generaciones de líderes”, expresó.
Durante el huracán Gilberto, el derrumbe del edificio de Balcones del Valle, la estampida en el baile de La Fama, el incendio del Penal de Topo Chico y el estallido de la planta de Pemex en San Rafael, entre muchas otras desgracias, el grupo reconocido puso su existencia al servicio de sus semejantes.
En las emergencias médicas no se trabaja con productos, sino con las personas y su sufrimiento, escribió en sus memorias uno de los homenajeados: Guadalupe Palomares López.
Las familias de quienes sirven al prójimo brindando servicios de emergencia, agregó Palomares López en su obra, soportan días enteros sin la figura paterna, pasan navidades y fines de año solas y, muchas veces, viven “con el Jesús en la boca” rezando por los suyos.
Javier Prieto, presidente de SELIDER, señaló que se seguirá entregando este tipo de reconocimientos a ciudadanos ejemplares, quienes muchas veces desde el anonimato ponen su vida al servicio de la sociedad y son verdaderos ejemplos para la juventud.
“A partir del 2025 haremos este tipo de homenajes a personas que por su liderazgo y entrega a la comunidad ayudan a que Nuevo León sea un gran estado. Hay muchas personas que con su espíritu humanista y desde sus trincheras, aportan al crecimiento de nuestra entidad, y ellos merecen que se les reconozca”, subrayó Javier Prieto.
Al evento también asistieron representantes de Bomberos de Nuevo León, Apadrina a un Niño, AMANAC y Casa Monarca.
Asimismo, estuvieron presentes representantes de las empresas que conforman el CRIJU, organizaciones que coinciden en que la política de responsabilidad social del Consejo y de sus firmas es acción y deber continuo.
