He leído el libro “La importancia de la novela”, que es, un discurso pronunciado en Londres en octubre de 2022 por el escritor noruego Karl Ove Knausgård.
Yendo al grano, me dejó una sensación de inquietud. Pensaba en las decisiones que he tomado en mi vida para ¿escribir? novela.
Si yo tuviera que explicar porqué “la novela”, no hubiese encontrado el centro de narración que él propone y de alguna forma, sus palabras las hago mías .
Escribir novela es un ejercicio continuo de vida. Y quizá si digo “escribir”, podría quedarme corto, tal vez intento decir: enfrentarme…
¿Por qué me importa la novela? La vida como novela, la novela como vida. Para mí, explorar el mundo desde la novela me permite lanzarme de lo conocido a lo desconocido o viceversa. Cuando abordo o me aborda un tema (sensación, corazonada, miedo o excitación), es porque tengo una inquietud sobre los símbolos que construyen ese mundo “sensible”, cuando los cánones emergen sin contratiempos…
En la novela encuentro las herramientas para deconstruir ese mundo… Tengo una necesidad de conocer su interior: su génesis. La novela es un espejo de lo humano mientras que la ciencia, la filosofía y la religión buscan, cada una a su manera, definir y fijar el mundo, la NOVELA, mantiene abierta la vida, dice Knausgård.
Justo ahí es donde está mi forma de entender el mundo. Ese conflicto entre lo sensible e inteligible. La novela, ha sido mi meta-viaje del héroe. Desde niño, cuando dije que quería ser escritor. ¿Quién era yo?, ¿quién soy ahora? No importa, es la perenne actitud ante la vida. No la puedo definir, sólo la puedo vivir y escribir.
La novela trata de las relaciones entre los individuos y el mundo. Es a través del lenguaje que definimos lo que nos rodea y también lo que cuestionamos.
Se trata de lo que nos mueve internamente a los humanos. Las acciones nos llevan a nuevos estadios: morales, emocionales, existenciales. Es menester actuar, cuestionar desde la incorformidad las narrativas circulantes.
No puedo dejar pasar por alto la inacción que surge de la desconexión entre lo inteligible y lo sensible en nuestra vida. La placentera evasión de no cuestionar, de tragarse la vida como si fuera un contenido. La vida es más que un reel o un meme, pero la hemos desvirtuado…
Creo que la gente ha dejado de leer por miedo a tener que abrir los ojos, a confirmar sus sospechas, a aceptar que ha ido en contra de sus principios y valores.
Leer es resistir, es ir en contra, leer la novela o cualquier relato que te complemente en el momento, es de las acciones más atrevidas que puedes vivir en estos momentos porque te arriesgas a IMAGINAR.

La novela, dice el autor, “es importante justo porque da voz a algo que no la tiene, a algo que de otro modo no podría hacerse oír”.
Justo para mí es eso. La novela o las historias que narro buscan (y a veces encuentran) esa vida debajo, encima, en medio, entre la vida que es y la que tienes.
La novela es una herramienta con la exploro las ausencias, el pasado, el presente o el futuro; protesto, imagino… La novela vive en quien se atreve a observar más allá de lo inmediato.
Creo que antes de vivir, imaginé como sería. En esa revelación, encontré en la novela el campo para explorar la vida. Las novelas y los libros en general me revelaron la vida y con ello, comprendí que IMAGINAR es resistir.