El fin de año siempre invita a reflexionar, no sólo como ciudadanos, sino como servidores públicos. En el ámbito local, la política no es simplemente un juego de poder o una carrera de logros personales; es la oportunidad de estar cerca de nuestra comunidad, de escucharla y responder con acciones que verdaderamente transformen su realidad.
A nivel municipal, no tenemos que esperar a que grandes políticas nacionales nos alcancen. Un servidor público tiene el privilegio y la responsabilidad de hacer que las soluciones sean inmediatas y visibles. Pero esto sólo sucede cuando entendemos que la política no debe ser un vehículo para los intereses personales, sino un acto constante de servicio.
No se trata de hacer grandes promesas, sino de construir confianza con hechos concretos, de estar presentes en los momentos importantes para la comunidad, y de demostrar que cada acción, por pequeña que parezca, puede marcar una diferencia significativa.
En mis años como regidor, he aprendido que la mejor forma de reconstruir ese vínculo es acercándome a la gente, entendiendo sus necesidades y trabajando juntos para encontrar soluciones.
Para mí, Vivir Para Servir es mucho más que un deber, es un propósito. Cada gestión, cada decisión y cada proyecto deben partir de una pregunta esencial: ¿cómo mejora esto la calidad de vida de nuestra comunidad?
Mientras nos preparamos para recibir un nuevo año, mi deseo es que todos, como ciudadanos y servidores públicos, recordemos que el verdadero liderazgo no se mide por, los títulos o reconocimientos, sino por el impacto positivo que dejamos en quienes más lo necesitan.
Que el 2025 nos encuentre trabajando, sirviendo y soñando por un mejor futuro para Apodaca y su toda su gente.
¡Feliz Año Nuevo!